¿Por qué hacer Constelaciones Familiares?
El ser humano es un ente muy complejo. Todas las personas tenemos problemas familiares. Da igual que seas hombre o mujer, o de la raza o religión que seas. Todos formamos parte de un sistema ancestral con familiares que nos precedieron. Esas líneas parentales nos aportan la mayoría de las formas que somos. Algunas, la mayoría, para bien. Con ellas nos manejamos y vivimos en armonía. Pero hay otras, que distorsionan nuestra vida. Que la hacen difícil y complicada. Cosas que muchas veces ni entendemos ni vemos, pero están. Y nos condicionan.
Todos tenemos conflictos. Áreas en nuestra vida que no funcionan como quisiéramos. Estamos en trabajos que no nos gustan, nuestra pareja no es la adecuada, siempre tengo las mismas dificultades para relacionarme con los demás, aunque trabaje mucho siempre ando en escasez económica, etc …
Por mucho que hacemos a nivel consciente, no obtenemos lo que queremos.
Desde las Constelaciones Familiares, así como desde otras terapias como la Terapia Gestalt, o la Biodescodificación, podemos ver qué fuerzas invisibles están actuando de manera inconsciente llevándonos al sufrimiento y al fracaso.
En una constelación encontramos la solución desde una visión sistémica, entendiendo que todos pertenecemos a un sistema familiar donde se genera el origen de la mayoría de los conflictos.
Todos los sistemas están regidos por unos órdenes que cuando se quebrantan las personas sufren.
Todos conocemos a mujeres que hacen de madres de sus madres o de sus maridos, también vemos a hijos con destinos difíciles o esa tendencia común de muchos que nos lleva a querer salvar a nuestros padres.
Los sistemas no se rigen por la moral sino por el equilibrio. En la medida en que somos conscientes de estos desórdenes, podremos fluir con la vida y tener éxito en nuestras relaciones, profesión, abundancia, en definitiva cumplir nuestro propósito de vida.
Una constelación nos ayuda a desarrollar la mejor versión de nosotros mismos.