Mónica Villanueva

Las mujeres arrastramos una larga cadena de memorias  dolorosas que se encierran en nuestro útero  y se manifiestan en dificultades para tener una vida sexual plena y satisfactoria. Entrar en esta zona oculta y quitar amorosamente los velos que nos separan del placer y del bienestar es más sencillo y vamos acompañada de otra mujer  u otras mujeres. Después de vivir sumidas en una sociedad patriarcal durante siglos, es el momento de conectar con nuestra feminidad de una manera consciente. A través de la sexualidad conectamos con nuestro poder creador. Después de realizar un trabajo maravilloso en Avalon, donde podíamos  ver nuestra luz y nuestra sombra en este lugar sagrado descubrimos que era el momento para que nosotras en resonancia con el resto de las mujeres del mundo sintiéramos nuestra fuerza y poder sexual. A través de nuestro trabajo terapéutico  encontramos que hay detrás de la insatisfacción sexual, de la anorgasmia, de bloqueos en el acto sexual o cualquier otra situación dolorosa que ocurre en este campo. El cambio que puede experimentar una mujer cuando conecta profundamente con su sexualidad es extraordinario. El trabajo podemos realizarlo individualmente o en grupo. Es muy interesante cuando muchas mujeres se reúnen para apoyarse y nutrirse eliminando ese sentimiento de soledad que incrementa el dolor. Integrar el concepto sororidad, es decir la hermandad entre las mujeres, de diferentes edades, nivel cultural, religiones, estatus sociales… va a sanar las heridas que nos impiden tener una vida sexual plena. El poder de las mujeres juntas es incalculable.